El calor específico de las sustancias: una propiedad fundamental.
El calor específico puede variar dependiendo de la sustancia y de las condiciones en las que se encuentre. Por ejemplo, el agua tiene un calor específico de aproximadamente 4,186 J/(g·°C), lo que significa que se requieren 4,186 julios de energía para elevar la temperatura de un gramo de agua en 1 grado Celsius.
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